El metal no ferroso más utilizado del mundo es el aluminio. Lo podemos encontrar en medios de transporte, construcciones, transmisiones eléctricas, embalajes de alimentos y bienes de uso doméstico, entre otros. No es común que se utilice en estado puro sino que se suele alear con otros metales con el objetivo de mejorar sus características. Sus principales productores, a nivel mundial, son China, Rusia y Canadá. Aunque cabe destacar que China produce cerca de diez veces más que Rusia y Canadá.
El aluminio se puede obtener a través de procesos de extracción o a través de procesos de reciclaje en los que no se suelen ver afectadas sus propiedades. La notable diferencia radica en la energía utilizada en ambos procesos dado que el reciclaje utiliza un 90% menos que la extracción. Por ende, uno de los puntos más importantes es el tipo de energía utilizado en la extracción. Por ejemplo, en Canadá se suele utilizar energía proveniente de hidroeléctricas mientras que en China se utiliza carbón, lo que aumenta la emisión de carbono considerablemente.
El problema es que el aluminio producido con ínfimas huellas de carbono continúa siendo más costoso y no muchas empresas están dispuestas a aumentar sus costes en razón de la protección del medioambiente. A pesar de ello, empresas como Apple, Audi y Tesla, están optando por la compra de aluminio verde con el objetivo de reducir su impacto. Por ejemplo, la tercera generación del Iphone SE de Apple y las llantas del e-trong GT de Audi ya son producidas con el mismo.
En conclusión, existen dos vías para reducir la contaminación ambiental en relación a la producción del aluminio. Por un lado, el reciclaje, lo que conlleva un gasto de energía mucho menor que la extracción en sí misma. Por el otro, si se opta por la extracción en lugar del reciclaje, el factor determinante será el tipo de energía utilizado. En este caso, si se utilizan energías limpias, el impacto positivo radicará en una menor emisión de carbono.
Escrito por AMV Soluciones creadores de ALEA